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The Swapper
Facepalm, 2013
PC
Una de las sensaciones más nítidas que permanecen tras completar el fallido Remember Me, el debut con aires cyberpunk del estudio parisino DONTNOD, es que uno de los principales campos de batalla durante su desarrollo debe haber sido el impedir que todo el esfuerzo y la creatividad invertidos en la imaginación de un planeta Tierra del 2084 se reflejasen tan solo en los aspectos más epidérmicos del juego. Muy al contrario, es evidente cierta voluntad por situar en el centro mismo de algunas mecánicas jugables a lo que Philip K. Dick se refería como “idea diferenciadora”; aquel elemento único que retuerce de forma interesante una sociedad imaginada —aunque proyectada a partir de la nuestra—, en este caso: la posibilidad de mercantilización de los recuerdos. El Sensen es un dispositivo cerebral comercializado por una suerte de Apple futurista que permite compartir, editar y borrar la memoria del usuario bajo las condiciones y la letra pequeña de la Gran Corporación. Minijuegos de manipulación de memorias ajenas, desbloqueo de combos a base de recuerdos recuperados, protagonista amnésica, imágenes cerebrales en forma de fantasmas que indican el camino a seguir… Son algunas de las (insuficientes, superficiales, loables) herramientas que utiliza este título francés para alcanzar algo muy complicado de conseguir: empapar de sci-fi su núcleo interactivo; en definitiva, la plataforma desde donde cualquier experiencia interactiva puede lanzar con mayor firmeza martillazos emocionales al jugador y desde donde las ideas expresadas en la historia mejor pueden trasmitirse.