Previa – «XCOM: The Bureau»

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2K Marin puede que haya redimido sus escasos pecados con The Bureau, el nuevo título de XCOM con la nada envidiable tarea de funcionar de precuela y disgénero a la resurrección que llevó a cabo Firaxis con la saga sagrada de los hermanos Gollop. Puede, decimos, porque en el código de beta que nos han pasado se ve un juego travesti, algo que pretende parecer un pegatiros en tercera persona que bebe de Mass Effect y de las lecciones de Gears of War, pero resulta ser un juego táctico de profundidad inaudita, a lo Brothers in Arms o uno de mis  Juegos Muy Importantes: Star Wars: Repubic Commando.

The Bureau ha conseguido escapar a las ansias de que todo sea homogéneo y parecido para destilar personalidad a patadas, una característica que está poseyendo como un ejército de fantasmas de hace dos generaciones a todos los juegos de 2K de un tiempo a esta parte (Spec Ops: The Line, Borderlands 2, The Darkness, ese XCOM que es guardián de las esencias y juego deportivo al mismo tiempo, los huevos de seguir sacando Civs que son Civs en 2013). Tiene tantas características de juego de antaño -exploración de mecánicas, trasfondo supeditado al juego, niveles concebidos como laberintos de desafío, una sensación de progreso marcadita a jierro rojo en el bajo vientre y tan pocas concesiones a la Doctrina Kotick– que hasta duele en la pupila como sólo lo hace la belleza de las ideas puras.

Pero hablábamos de la personalidad. Que se trata de un juego donde llevamos a un tipo más duro, mucho mejor escrito e infinitamente más hetero que Marcus Fenix, uno de los hijos de la Greatest Generation que le petaron el culo a Hirohito en islas de dificultad japonesa ochobitera. Donde le acompañan agentes de campo que ganan niveles y habilidades que

a) funcionan
b) sirven para algo
c) se activan con una rueda de iPod que es la mejor idea de HUD en años y que quiero YA en juegos táctiles
d) no se automatizan por las tres anteriores: fuck you, Mass Effect.

Donde, por si fuera poco, todo el trasfondo se puede encontrar repartido por niveles, con un centro de misiones -una protobase XCOM- cargado de nicotina y testosterona de tiempos pre tuiter (donde las palabras había que apoyarlas con puños y cojones) que hila un abanico de posibilidades que recuperan y amplían conceptos de los juegos de turnos (de los Fallout Tactics, los Jagged, los Silent Storm), las combina con el I+D+Mata de los juegos 4x y con la narrativa bifurcada del rolazo de bien. Hay muchas, hay demasiadas cosas en The Bureau para destacar alguna, pero lo mejor es que no se destacan como puntos balas de marketing, sino que confluyen de forma orgánica en un título que puede ser, fácilmente, el titanaco encubierto de 2013.

Vamos, que 2K lo tiene igual de jodido para venderlo al gran público como lo tuvo Bethesda con Dishonored: juegos que no se explican fácilmente; que hay que tocar para apreciarlos e incluso así las tontas del culo los despreciarán; con direcciones artísticas fuera de lo común y gráficos no-tan-a-la-última; que apelan a cuando Looking Glass/Ion Storm quería hacer juegos a la par que billetes o a las decisiones que tomaban sus vecinos de Rockstar hace no tantos años: no todo es el mainstream, no todos los géneros están explorados, no todas las paletas de colores ni las propuestas han de ser las mismas. Porque estamos hablando de videojuegos, no de ristras de chorizos.

Un comentario en “Previa – «XCOM: The Bureau»”

  1. Lo llevo siguiendo desde que se anunció y tiene pintaza. Si cumple con lo que promete recemos para que las ventas sean decentes.

    Take Two es probablemente la mejor editora junto con Nintendo.En realidad puede que la mejor.

Comentarios cerrados.