Borderlands 2: El Asalto a la Fortaleza del Dragón, por Tina Chiquitina

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La verdad es que Borderlands 2 tiene uno de los mejores doblajes al castellano de la historia del videojuego, pero el título de este último DLC estaba MAL. Así que lo hemos cambiado. ¡se siente, 2K Games! Como DLC final (mientras se deciden si anuncian la temporada dos), en Gearbox han echado el resto con un metajuego en el que jugamos con nuestro personaje dentro de una partida de rol (a Cámaras y Cabronazos) organizada por Tina. Es decir, peña del futuro con armas de fuego capaces de destrozar roboces gigantes enfrentándose a esqueletos, dragones y mandanga fantasy. Es decir, BIEN.

Por el lado de lo bonico y los ¡graficorls! y esas cosas que os gustan, el DLC trae mazo novedades: un país de fantasía entero, completamente distinto al resto de regiones, en el que casi todos los elementos son nuevos (excepto por los cofres del primer DLC) y enemigos que van algo más allá del mero reskin: esqueletos, trents, hadas, dragones, orcos, golems… Cada uno con su propio chiste al rolazo y, cómo no, su propia resistencia elemental, para que no nos acostumbremos a nuestro set estándar (pista: no hay nada que el DAÑO EXPLOSIVO no arregle). Para compensar, la campaña nos ofrece el mejor arma del juego: la Casual Swordsplosion,   una ESCOPETA QUE DISPARA ESPADAS QUE ESTALLAN EN ESPADAS MÁS PEQUEÑAS EXPLOSIVAS. Y no, no es un uso abusivo de las mayúsculas: es un arma TORGUE. Un sindiós de los de aplaudir al que ya sólo le faltaría un nombre a juego: en mi corazón esa escopeta se llama El Petacacas.

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Dados de 20: Borderlands 2 y Far Cry 3 Blood Dragon no pueden equivocarse.

Vale, pero el motivo de celebración real del DLC es Anthony Burch, guonista de Borderlands 2, desatadísimo y aprovechando el DLC para hacer justicia sin parar: Tina se pregunta en voz alta varias veces si es racista (porque «como habla como una negra y hasta rapea», tiene que ser racista), mediante el uso indiscriminado de chistes de enanos hispanos. Al mismo tiempo, una misión pone a Mr. Torgue en el papel de la fake geek girl (resumamos: la chorrada de que, si estás buena, entonces no puedes ser una friki y por tanto has de ser una calientabraguetas si apareces cosplayeada en un evento, casi siempre emitida por gente luego se queja de que la esterotipen como maloliente y virgensagüesca) en un intercambio increíble en el que la Sirena Lilith ocupa el papel del nerdito machista y el mazadísimo Torgue el de afectada mujer atacada culturalmente por su físico. Si Sarkeesian pudiese procesar estudios culturales más allá de la perspectiva de género le estallaría la cabeza.

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«La identidad de género en  los esqueletos según las letras de Siniestro Total» 

Pero ojo, que todo esto es subtexto, parte de esas cosas con las que nosotros damos el coñazo y a casi nadie importan y menos en un juego como este.  A Burch le sueltan en un juego que deja tras de sí un Everest de casquillos y catorce ochomiles de cadáveres; de chistes de tetas gigantes -que en realidad es la colisión natural de los conceptos «Red Sonja/Leia con Jabba» y la Ellie del juego- y pedos arcoiris; de macarrismo infinito, en suma, y el escritor se las apaña para colar subtexto sin renunciar a la esencia del juego: hay una misión que referencia Juego de Tronos y Mordecai ni ha visto la serie ni ha leído los libros, en la que podríamos decir «va sobre la naturaleza de los spoilers», pero que también consiste en dar al jugador el gustazo de hacer un Tyrion y untar a hostias a un sosias de Joffrey con la mano abierta. Todo, como parte de la fantasía escapista de una cría de trece años que ha perdido todos sus referentes paternos. Entre explosivos, dados de veinte y gente saltando por los aires. Sin renunciar a eso para plantarte, qué se yo, un pájaro mecánico, un tornado quitapadres, un pulsa X para Jason tantas veces como perlas tiene este collar.

Porque eso, Ken Levines del mundo, David Cages de les petites boules, eso es saber contar las cosas: crear una historia capaz de transmitir algún tipo de mensaje mientras tu juego adelanta a Michael Bay por la vía rápida del carril de las cosas que explotan. La misma razón por la que con Kojima me meto mucho menos: hacer un buen videojuego no está reñido con ninguna narrativa, sino con la falta de talento.

Un comentario en “Borderlands 2: El Asalto a la Fortaleza del Dragón, por Tina Chiquitina”

  1. Jugué Heavy Rain este fin de semana y no entiendo las alabanzas. Para empezar, de juego tiene lo justo. Dragon’s Lair demostró que ése no era el camino. La historia es de sábado tarde en Antena 3 y algunos de los diálogos son de risa. Eso sin contar la utilización de Madison como generadora de morbo gratuito. En resumen, una mierdaca.

    Prefiero 30min de Borderlands que cualquier cosa que perpetre el señor Cage.

    Buen artículo por cierto.

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