«OutRun 2» – Conducción zen

outrun2

OutRun 2
Xbox
Sega
2004

Como me espera una de esas tardes de lío, con reuniones que preparar y pilas de exámenes por corregir, me digo que mejor escoger para mi Juego del Día uno que pueda jugar en partidas breves, fácil de asimilar y que se deje aparcar  dentro de un rato cuando tenga que volver a concentrarme en lo mío. Porque uno no está a lo que tiene que estar, en medio de todo el jaleo de evaluaciones, con mil papeles por hacer, no se me ocurre otra cosa que sentarme con el Outrun 2 que la otra tarde me regaló Adonías.

Y parece mentira que sea en el género de la conducción, habitualmente constreñido por los estrechos márgenes de la furia y el acelerón, donde surja un título empeñado en generar en el jugador, durante cada uno de sus niveles, con cada uno de los temas de su archifamosa banda sonora, la sensación seguramente menos habitual en el mundo de los videojuegos: un estado de paz. Pese a su rubia, su crono y sus velocidades imposibles, Outrun 2 quiere distanciarse del frenesí competitivo y, sin renunciar en ningún momento a la precisión, invita a dejarse llevar por la autopista en un día soleado mientras Passing breeze suena en el reproductor. Ninguna de las incorporaciones de esta segunda/quinta parte (modos de juego, nuevos modelos de Ferrari e incluso acompañantes) se puede considerar un añadido postizo, todas parecen el resultado de un minucioso proceso encaminado a que cada cual profundice en sus habilidades, crezca en el juego según sus propios gustos sin abandonar esa desconcertante sensación de calma que envuelve al jugador de la serie Outrun. Una sensación que luego se lleva consigo, tan real y envolvente como para acompañarle horas después de haber apagado la consola. Como anuncia el disclaimer que aparece antes de la pantalla de carga, las cosas que se ven aquí no pasan en la vida. Ni las busques siquiera, only on XBox. Así que allá que voy.

Esta tarde tengo que hacer muchas cosas, pero ya he arrancado Outrun 2 y creo que solo terminaré el Juego del Día.