«Bit.Trip Presents… Runner 2» – El futuro es la muerte de lo indie

Bit.Trip Presents… Runner 2: The Future Legend of Rhythm Alien
2013
Xbox Live Arcade (versión comentada), PlayStation 3, Wii U, Steam, PS Vita
Gaijin Games

El futuro ya está aquí. Otra vez. Xbox One y PlayStation 4 son ya una realidad y la maquinaria de las dos grandes (las dos que entran al trapo, ya me entienden, que Nintendo va por su lado) luce sus mejores galas y sus mastodónticos proyectos para beneficio de todos, del gamer, de la industria, ¿del desarrollador? El abrazo (otra vez) de Microsoft y Sony a la denominada comunidad indie es la respuesta lógica de un empresario ante un tipo de producto que despegó con el pelotazo de la distribución digital, y que ha cristalizado en la creación de títulos tan redondos como este Runner 2, pero servidor aún no tiene claro cómo condicionará la nueva generación al escenario que veremos en los años por venir. Sí tengo claro que para que el medio evolucione más allá del gigante del ocio que viene a apoderarse del salón por vez definitiva es necesaria la muerte del concepto de lo indie, o más bien su reformulación, o no quedará nadie para realizar ese movimiento. Y lo sé porque lo saben dos señores cuya opinión deberían leer y convertir en una hoja de ruta para indis, o guardarla en una cajita del tiempo hasta dentro de otros cinco años, cuando nadie se explique qué paso con tanto desarrollador independiente desaparecido.

Nuestro Jesús Rocamora formulaba hace unos días un imprescindible ensayo acerca de lo indie utilizando sus obvios paralelismos con la industria musical. Según esta, el creador independiente aprovecha la accesible tecnología actual para construir una personal revisión de géneros pasados —en el artículo le toca a Braid y a su particular interpretación del plataformas— y que genera dos movimientos dentro de la industria: por un lado, el pez gordo le tirará los tejos al pequeño, lo acogerá en su estudio y le dará mejores y mayores medios para expresar sus inquietudes. Por otro, el indie se convierte en un género en sí mismo, en una etiqueta que contiene tanto a otros revisionistas como a copias de éstos que pierden su significado por el camino. Para que lo indi sobreviva es necesario destruir esa etiqueta hasta que de nuevo signifique algo, y de eso Gaijin Games sabe un rato: al igual que Mario se ha convertido en un género en sí mismo (porque el fontanero jugando al baloncesto no es un juego deportivo, nos pongamos como nos pongamos), la serie Bit.Trip hace indistintamente suyo cada género que fagocita. Y para bien: Runner 2 nunca se despista de que su referente es el bigotudo fontanero, y respeta el que aún hoy es el salto más perfecto y visceral en un videojuego.

La segunda advertencia viene de la pluma de Rob Fearon, y en su texto The Indie Revolution matiza sin saberlo la comparación de Rocamora: en el caso de los videojuegos, la diminuta frontera que separa hoy al creador del consumidor no es nueva. La supuesta revolución indie no es sino la recuperación de unos derechos que han sido negados desde los 90, cuando los costes de producción se elevaron alarmantemente por encima del precio de un ordenador. Dejando de lado la cuestión de la distribución digital, la madurez de la tecnología y el largo ciclo de vida de la generación actual han permitido que los juegos indis gocen de una ubicuidad como nunca se había visto, y que títulos como el que nos ocupa se disfruten en un PC sin florituras o en una pantalla de camino al metro. La aparición de nuevos monstruos tecnológicos amenaza con romper la baraja de la accesibilidad, y por eso es necesario ser precavido frente a cantos de sirena o correremos el riesgo de volver a los ya condenados pegatiros con sudor en los sobacos en altísima definición. Por eso, y hasta que se confirme que las mentes inquietas pueden ganarse el pan con las herramientas de la nueva generación, les espero en casa con mi vetusto PC, escribiendo a Sus Majestades mientras suspiro por una Vita.